Dos muy buenas razones para entrenar en la Tercera Edad
Los factores genéticos, el estilo de vida que se ha llevado, la alimentación, el tipo de trabajo hacen muy difícil precisar la edad exacta en la que nuestro cuerpo comienza a experimentar los síntomas que nos acaban introduciendo en la Tercera Edad.
Cuando pensamos en nuestros abuelos, con más de 65 años ya los considerábamos ancianos, pero hoy en día a esa edad estamos a años luz de considerarnos “ancianos”, aunque siempre hay excepciones.
En muchos gimnasios de Zaragoza pasan una gran cantidad de personas en “edad de jubilación” que ya pueden disfrutar de más tiempo libre y deciden dedicarlo a cuidar su salud.
Uno de esos casos es el de Divina Rufat, que con 61 años se inscribió en nuestro centro precisamente buscando esa mejora, unos 15 años más tarde, la tenemos en plena forma, autónoma y segura de sí misma. Puedes verla en pleno entrenamiento en nuestro canal: https://youtu.be/fJzAV5BA-Bc
¿Por que es tan necesaria la práctica de ejercicio en la tercera edad?
Porque precisamente queremos seguir siendo autónomos, valernos por nosotros mismos sin ayuda de nadie a pesar de cumplir años, y porque nos queremos sentir seguros y mantener la confianza en nosotros/as mismos/as.
¿Cómo conseguimos todo esto?
- Ejercitando la fuerza, para evitar la pérdida de masa muscular.
- Ejercitando el equilibrio, para evitar caídas y golpes innecesarios.
- Mejorando la densidad ósea, evitando así fracturas por la edad.
- Ejercitando la movilidad articular, evitando así la pérdida de agilidad al moverse.
- Suministrando más oxígeno al cerebro, a través del ejercicio, retrasamos la pérdida de nuestras habilidades cognitivas (siempre y cuando no existan patologías previas).
- El ejercicio aumenta la autoestima, porque con él se mantienen las capacidades físicas y mentales, evitando así caer en la apatía, ansiedad, depresión...etc.
Nuestra esperanza de vida ha mejorado en estos últimos años, gracias a los avances médicos, pero ¿está nuestro cuerpo preparado para aguantar tantos años?.
Abandonar el sedentarismo, adquirir nuevos hábitos de alimentación y la práctica de ejercicio regularmente es fundamental a cualquier edad, seamos, niños, adultos o “adultos mayores”, siempre y cuando haya un buen asesoramiento por parte de profesionales que pauten el ejercicio físico acorde a la condición física y edad de cada individuo para hacer frente a esa nueva esperanza de vida.
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